La técnica de priorización MoSCoW es una herramienta esencial dentro de las metodologías ágiles, particularmente en Scrum. Esta técnica, con un nombre intrigante derivado de su acrónimo, se utiliza principalmente para determinar y clasificar la importancia de diferentes requisitos o historias de usuario en un proyecto.
La belleza del esquema MoSCoW radica en su simplicidad y claridad. Al dividir los requisitos en cuatro categorías distintas, proporciona una visión clara de lo que es absolutamente esencial para el éxito del proyecto y lo que puede considerarse como deseable pero no esencial. Esta diferenciación clara ayuda en la planificación y asignación de recursos, asegurando que lo más crucial se aborde primero.
“Must have” o “Debe tener” son aquellos requisitos sin los cuales el proyecto no puede entregarse. Son fundamentales y no negociables. Si falta alguno de estos elementos, el proyecto se consideraría un fracaso. Son los cimientos sobre los que se construye el producto.
Por otro lado, “Should have” o “Debería tener” son requisitos importantes que, aunque no son críticos para el lanzamiento, añaden un valor significativo al producto. Estos elementos, aunque no esenciales, son muy beneficiosos y se considerarán para su inclusión si el tiempo y los recursos lo permiten.
“Could have” o “Podría tener” se refiere a los requisitos que serían buenos de tener, pero no son urgentes. Son agradables, pero no esenciales, y a menudo se consideran para futuras versiones o iteraciones del producto si hay recursos disponibles. Por último, “Won’t have” o “No tendrá” son requisitos que se han considerado y deliberadamente se ha decidido no incluir en el proyecto actual. Estos elementos se excluyen de la entrega inmediata, pero podrían considerarse en el futuro.
El equipo de desarrollo en colaboración con el dueño del producto y los stakeholders son responsables de aplicar la técnica MoSCoW. Se lleva a cabo durante las sesiones de refinamiento del backlog o planificación del sprint, utilizando como herramienta principal el backlog del producto, donde se clasifican y ordenan las historias de usuario según su prioridad y valor para el negocio. La implementación de esta técnica se realiza a lo largo de la vida del proyecto, especialmente cuando surgen nuevos requisitos o cambian las circunstancias del negocio.
La técnica de priorización MoSCoW permite a los equipos asignar un nivel de importancia a cada historia de usuario o requisito del producto. Esto facilita la toma de decisiones sobre qué se debe trabajar primero y qué puede posponerse. Consideremos un proyecto ficticio para el desarrollo de una aplicación móvil de comercio electrónico.
Imaginemos que estamos desarrollando una aplicación de comercio electrónico:
Must have:
- Funcionalidad de registro e inicio de sesión
- Sistema de carrito de compras
- Opciones de pago seguro
Should have:
- Sistema de recomendación basado en compras anteriores
- Valoraciones y reseñas de productos por parte de los usuarios
Could have:
- Integración con redes sociales para compartir productos
- Opción de chat en vivo con atención al cliente
– Won’t have (en esta versión):
- Realidad aumentada para visualizar productos
- Programa de lealtad y puntos para usuarios frecuentes
En este ejemplo, las funcionalidades como registro, carrito y opciones de pago son esenciales para que una aplicación de comercio electrónico funcione, por lo que están bajo “Must have”. Mientras que las valoraciones y reseñas añaden valor, pero no son críticas, por lo que están bajo “Should have”. Las características como la integración con redes sociales son extras útiles, pero no esenciales, por lo que se clasifican como “Could have”. Y finalmente, las características de realidad aumentada y programa de lealtad, aunque innovadoras, no serán consideradas en esta versión, clasificándose como “Won’t have”.