En el entorno empresarial y en la gestión de proyectos, el término “proyecto” es fundamental. Un proyecto, según el SBOK, se define como un esfuerzo conjunto para crear nuevos productos o servicios, o para alcanzar resultados específicos, tal como se describe en la declaración de visión del proyecto. No es una tarea rutinaria, sino un conjunto de operaciones diseñadas para lograr un objetivo singular.
Una de las características inherentes a cualquier proyecto es su naturaleza temporal. No es un proceso continuo, sino que tiene un inicio y un final definidos. La temporalidad se determina por el objetivo que el proyecto pretende lograr. Una vez que se ha alcanzado el objetivo, el proyecto se considera completado.
Los proyectos se encuentran inevitablemente limitados por ciertas restricciones. Estas restricciones, mencionadas en el SBOK, incluyen tiempo, costo, alcance, calidad, recursos humanos y la capacidad organizacional. Estos límites establecen el marco dentro del cual debe operar el proyecto, y gestionar estos límites es fundamental para el éxito del proyecto.
Dado que los proyectos suelen ser únicos y temporales, a menudo están asociados con un grado de incertidumbre. Esto significa que los riesgos y desafíos son parte integral de la gestión de proyectos. Identificar, analizar y gestionar estos riesgos es crucial para garantizar que el proyecto se complete con éxito.
En el núcleo de cualquier proyecto exitoso se encuentra un equipo eficaz y colaborativo. Los miembros del equipo trabajan juntos hacia un objetivo común, superando obstáculos y adaptándose a los cambios. La colaboración efectiva no solo se refiere a trabajar bien juntos, sino también a comunicarse de manera eficiente y tomar decisiones que beneficien al proyecto en su totalidad.
El SBOK, o Scrum Body of Knowledge, proporciona una guía detallada y metodologías para la gestión eficaz de proyectos utilizando Scrum. Siguiendo las directrices y prácticas recomendadas del SBOK, los equipos pueden navegar por la complejidad de los proyectos y garantizar su éxito.
El “proyecto” es llevado a cabo por un equipo multidisciplinario liderado generalmente por un gerente o líder de proyecto. Se estructura en fases, comenzando por la definición de la visión, seguida por la planificación y la ejecución, utilizando herramientas y metodologías específicas. Se realiza desde su inicio hasta que se logran los objetivos establecidos, siguiendo las restricciones y límites previamente definidos. Para su gestión, se utilizan marcos de trabajo y prácticas recomendadas, como las proporcionadas por el SBOK.
Algunos ejemplos son los siguientes:
- Una empresa de software inicia un proyecto para desarrollar una aplicación móvil de fitness. Se establecen fechas límite, presupuesto, y se recluta un equipo específico para su desarrollo.
- Una ciudad emprende un proyecto de reforestación en un área específica, con objetivos claramente definidos de plantación y conservación para un período determinado.
- Una editorial decide embarcarse en un proyecto para publicar una serie de libros sobre historia local, con fechas de lanzamiento específicas y un equipo de autores y diseñadores asignados.
- Una ONG inicia un proyecto de construcción de pozos de agua en una región afectada por la sequía, con objetivos claros sobre la cantidad de pozos y el tiempo de finalización.
- Una empresa de moda decide llevar a cabo un proyecto para lanzar una nueva línea de ropa sostenible, estableciendo criterios de calidad, presupuesto y un calendario de lanzamiento.