Los “Requisitos Funcionales” son esenciales en el mundo del desarrollo de software y productos. Se refieren a las especificaciones detalladas que describen lo que un sistema, producto o servicio debe hacer. A menudo se presentan en forma de funciones, tareas, capacidades y actividades que el sistema puede realizar. Estas especificaciones se distinguen de los requisitos no funcionales, que son características que no se relacionan con la funcionalidad específica, como la seguridad o el rendimiento.
Al diseñar y desarrollar un nuevo producto, software o servicio, los requisitos funcionales actúan como el “qué” del proyecto. Definen las acciones que el usuario final podrá realizar con el sistema. Por ejemplo, en una aplicación de banca en línea, un requisito funcional podría ser la capacidad del usuario para transferir fondos de una cuenta a otra. Estos requisitos son cruciales porque establecen las expectativas y garantizan que todas las partes estén alineadas en cuanto a lo que se va a construir.
Establecer requisitos funcionales claros y precisos es crucial para el éxito de cualquier proyecto. Proporcionan un marco para el diseño y desarrollo, actúan como una referencia durante la fase de prueba y garantizan que el producto final cumpla con las necesidades del usuario o cliente. Sin requisitos funcionales claros, los equipos de desarrollo pueden encontrarse trabajando sin una dirección clara, lo que puede llevar a malentendidos, retrabajos y, en última instancia, a un producto que no cumple con las expectativas.
En el contexto ágil, los requisitos funcionales son especialmente importantes. Dado que el desarrollo ágil se basa en ciclos rápidos e iterativos, tener requisitos claros desde el principio permite que los equipos se adapten y evolucionen sin perder de vista el objetivo final. Además, en un entorno ágil, los requisitos funcionales pueden ser reevaluados y ajustados a medida que el proyecto avanza, asegurando que el producto final esté en sintonía con las necesidades cambiantes del usuario o cliente.
Finalmente, es vital recordar que mientras los requisitos funcionales definen el “qué”, no necesariamente definen el “cómo”. Esto significa que, aunque especifican lo que el sistema debe hacer, no dictan cómo debe lograrse técnicamente ese comportamiento. Esa libertad y flexibilidad permiten a los desarrolladores innovar y encontrar las mejores soluciones técnicas para cumplir con los requisitos.
Los “Requisitos Funcionales” son identificados y documentados generalmente por analistas de negocio, propietarios de productos o stakeholders en colaboración con el equipo de desarrollo. Se hacen mediante entrevistas, workshops, observación directa y análisis de documentos existentes. Estos requisitos se definen al inicio de un proyecto y se revisan a lo largo de su ciclo de vida para garantizar que sigan siendo relevantes y actualizados. Para capturar y gestionar estos requisitos, se utilizan herramientas de gestión de requisitos, diagramas de flujo y casos de uso.
Algunos ejemplos son los siguientes:
- En una aplicación de e-commerce, un requisito funcional podría ser la capacidad de los usuarios para agregar productos a un carrito de compras y realizar el checkout.
- Para un software de edición de video, un requisito funcional puede ser la posibilidad de cortar clips, añadir efectos de transición y exportar el video en diferentes formatos.
- En un sistema de gestión de bibliotecas, un requisito funcional podría ser que los usuarios puedan buscar libros por título, autor o género y reservarlos para recogerlos.
- Para un sistema de control de acceso, un requisito funcional podría ser que permita el ingreso solo a personas con tarjetas de identificación válidas y registre los tiempos de entrada y salida.
- En una aplicación de salud y fitness, un requisito funcional puede ser la capacidad de rastrear y registrar la dieta diaria, ejercicios y progreso en la pérdida de peso.