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El Desarrollo Guiado por las Pruebas (TDD, por sus siglas en inglés) es una práctica fundamental en la gestión ágil de proyectos que prioriza la creación de pruebas antes de desarrollar la funcionalidad. Esta técnica revierte la forma convencional de programar, alentando a los desarrolladores a escribir primero las pruebas y luego el código que pasará esas pruebas.

El enfoque TDD tiene múltiples ventajas. Para empezar, asegura que el código producido tenga una cobertura de pruebas adecuada desde el principio, lo que puede resultar en un software más robusto. Al tener claridad sobre qué es lo que se espera que haga el código (gracias a las pruebas definidas previamente), se evita la producción de funcionalidades innecesarias o superfluas.

Otro aspecto crucial del TDD es que permite una rápida retroalimentación. Dado que las pruebas se ejecutan constantemente mientras se desarrolla, cualquier defecto o error en el código se detecta de inmediato, permitiendo correcciones inmediatas. Esto refuerza una mentalidad de “cero defectos”, en la que se busca evitar acumulación de errores y se promueve la calidad desde el inicio.

La adopción de TDD también puede mejorar la comunicación dentro del equipo de desarrollo. Al centrarse en los requerimientos y resultados esperados, las pruebas sirven como una especie de “documentación viva”, que detalla lo que se espera de cada pieza del software. Finalmente, aunque puede parecer que el TDD consume más tiempo al inicio debido a la necesidad de escribir pruebas antes del desarrollo real, en el largo plazo puede ahorrar tiempo al reducir la cantidad de errores y defectos que necesitan corrección en etapas posteriores.

El Desarrollo Guiado por las Pruebas (TDD) es llevado a cabo por los desarrolladores del equipo. Se hace definiendo y escribiendo pruebas específicas antes de comenzar a escribir el código de la funcionalidad en sí. Estas pruebas se realizan y refinen constantemente a lo largo del proceso de desarrollo, garantizando que el software cumpla con los requisitos definidos desde el inicio. Esta práctica se realiza utilizando herramientas y frameworks específicos para pruebas, que varían según el lenguaje de programación y la plataforma en uso.

En el TDD, las pruebas son generalmente de unidad, enfocadas en pequeñas piezas de funcionalidad. Por ejemplo, si se desea desarrollar una función que sume dos números, antes de escribir la función, se escribe una prueba que define cómo debería comportarse esa función.

Ejemplo 1:

Función a desarrollar: Suma de dos números.

Prueba: Se espera que al sumar 2 y 3, el resultado sea 5.

Código de prueba:

“`python

def test_suma():

    assert suma(2,3) = 5

“`

Si al ejecutar esta prueba después de escribir la función suma, la prueba pasa sin errores, entonces la función suma cumple con el requisito.

Ejemplo 2:

Función a desarrollar: Multiplicación de dos números.

Prueba: Se espera que al multiplicar 4 por 3, el resultado sea 12.

Código de prueba:

“`python

def test_multiplicacion():

    assert multiplicar(4,3) = 12

“`

La función multiplicar debería retornar 12 cuando los números 4 y 3 se multiplican.

Ejemplo 3:

Función a desarrollar: Dividir dos números.

Prueba: Se espera que al dividir 8 entre 2, el resultado sea 4.

Código de prueba:

“`python

def test_division():

    assert dividir(8,2) = 4

“`

Si la función dividir retorna 4 al dividir 8 entre 2, entonces está funcionando correctamente.

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