La justificación continua de valor es un concepto esencial en el mundo ágil, especialmente en el marco de trabajo de Scrum. Según el SBOK (Scrum Body of Knowledge), este principio subraya la importancia de evaluar constantemente si un proyecto todavía tiene sentido desde una perspectiva de negocio. En lugar de simplemente seguir adelante con un proyecto debido a la inercia o por compromisos previamente establecidos, las empresas deben preguntarse regularmente si el proyecto sigue siendo relevante y valioso.
Al implementar la justificación continua de valor, las organizaciones pueden adaptarse rápidamente a los cambios en el entorno empresarial. El mercado, la tecnología y las necesidades de los clientes están en constante evolución. Lo que comenzó como una idea valiosa hace seis meses podría haber perdido relevancia debido a estos cambios. Mediante la evaluación constante, se garantiza que los recursos no se malgasten en proyectos que ya no son beneficiosos.
Además, este proceso impulsa una mentalidad de “fracaso rápido”. Si un proyecto no va a ofrecer el valor esperado, es mejor darse cuenta rápidamente y redirigir esos recursos hacia iniciativas más prometedoras. Esto puede sonar desalentador, pero en realidad es una forma de maximizar la eficiencia y garantizar que las empresas se mantengan innovadoras y relevantes.
Otro aspecto de la justificación continua de valor es que permite una mayor transparencia y colaboración entre los equipos y los stakeholders. Al mantener una comunicación abierta sobre el valor y la relevancia de un proyecto, todos los involucrados tienen una comprensión clara de dónde se encuentra el proyecto y cuál es su propósito.
Por último, al adoptar este enfoque, las organizaciones pueden ser más resilientes. En lugar de aferrarse ciegamente a un plan predeterminado, están dispuestas a pivotar según sea necesario. Esta flexibilidad no solo es esencial en el mundo empresarial moderno, sino que también es una de las piedras angulares de una mentalidad verdaderamente ágil.
La justificación continua de valor es realizada generalmente por los líderes de proyecto, los propietarios de producto y, en algunos casos, por stakeholders clave. Este proceso se lleva a cabo mediante revisiones periódicas donde se evalúan métricas de negocio, feedback de usuarios y otros indicadores relevantes. Estas revisiones suelen ocurrir en puntos estratégicos durante el ciclo de vida del proyecto, aunque también pueden ser impulsadas por eventos específicos o cambios en el mercado. Para llevar a cabo estas evaluaciones, se utilizan herramientas analíticas, informes de retroalimentación y otros recursos que proporcionen datos concretos sobre el valor del proyecto.
Algunos ejemplos son los siguientes:
- Una empresa desarrolla una aplicación móvil. A los seis meses, se da cuenta de que la adopción por parte de los usuarios es baja. Al realizar una justificación continua de valor, determinan que una nueva tecnología emergente ha hecho que su aplicación sea obsoleta.
- Un equipo está trabajando en una nueva característica para un software existente. Durante las revisiones, notan que el interés de los clientes potenciales ha disminuido. La justificación continua de valor les lleva a pivotar hacia una característica más demandada.
- Una organización inicia un proyecto para expandirse a un nuevo mercado geográfico. Sin embargo, cambios políticos y económicos hacen que la expansión sea menos atractiva. La justificación continua de valor ayuda a reevaluar y posiblemente detener la expansión.
- Una startup está desarrollando un producto innovador. Sin embargo, tras un análisis de justificación continua de valor, se identifica un cambio en las regulaciones que haría que el producto ya no sea viable.
- Una empresa está considerando actualizar su infraestructura de TI. Sin embargo, al hacer una justificación continua de valor, descubren que una solución en la nube sería más coste-efectiva y escalable.