0
(0)

En la gestión ágil de proyectos, especialmente cuando abordamos el ámbito del SBOK, uno de los conceptos que surge con frecuencia es “Riesgos en portafolios y programas”. Los riesgos no se limitan únicamente a los proyectos individuales, sino que pueden surgir y tener efectos significativos a nivel de portafolios y programas. Un portafolio es una colección de proyectos y programas agrupados juntos para facilitar la gestión eficaz y colectiva para alcanzar los objetivos estratégicos. Por otro lado, un programa es una serie de proyectos relacionados que se gestionan de forma coordinada para obtener beneficios y controlar el riesgo que no se obtendría si se gestionaran de forma individual.

Cuando un riesgo afecta a un programa o portafolio, tiene el potencial de influir en todos y cada uno de los proyectos que forman parte de ese conjunto. Esto significa que, aunque un riesgo puede originarse en un solo proyecto, si no se aborda adecuadamente, puede tener ramificaciones para otros proyectos relacionados en ese portafolio o programa. Es esencial, por lo tanto, no solo identificar y gestionar los riesgos a nivel de proyecto individual, sino también considerar cómo estos riesgos pueden interconectarse e influir en un conjunto más amplio de iniciativas.

En el SBOK, se destacan métodos y estrategias para gestionar estos riesgos a nivel de portafolio y programa. Dado que estos riesgos pueden tener un alcance más amplio y un mayor impacto, su gestión requiere un enfoque más estratégico. Es esencial que las organizaciones cuenten con un sistema robusto de identificación, análisis y respuesta a riesgos a este nivel, asegurando que los proyectos individuales no se vean innecesariamente afectados por riesgos que podrían haberse mitigado o gestionado a una escala más amplia.

Los riesgos en portafolios y programas son identificados y gestionados por los gestores de portafolios y programas, quienes trabajan en colaboración con los líderes de proyecto y los stakeholders. Se hace mediante herramientas y técnicas especializadas para la identificación, análisis y respuesta a riesgos, muchas de las cuales se detallan en el SBOK. Estos procesos suelen realizarse al inicio del ciclo de vida de un programa o portafolio y se revisan regularmente a medida que avanzan los proyectos individuales. Las herramientas tecnológicas, junto con las reuniones regulares y las sesiones de brainstorming, son comunes para abordar y gestionar estos riesgos.

Algunos ejemplos son los siguientes:

  1. Un riesgo en el portafolio podría ser la dependencia de una tecnología particular que, si se vuelve obsoleta, afectaría a todos los proyectos que utilizan esa tecnología.
  2. Un programa destinado a la expansión del mercado podría enfrentar riesgos relacionados con cambios regulatorios en uno o más mercados, lo que podría influir en varios proyectos bajo ese programa.
  3. Los cambios en la dirección estratégica de una organización podrían presentar un riesgo para un portafolio entero si los proyectos ya no se alinean con esos objetivos estratégicos.
  4. Un evento global, como una crisis financiera, podría representar un riesgo para un programa de inversiones en varios países.
  5. La escasez de talento especializado en un área determinada podría ser un riesgo para un portafolio de proyectos que dependen de ese conjunto particular de habilidades.

¿De cuánta utilidad te ha parecido este contenido?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

¡Gracias por puntuar este contenido! 0 / 5. 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.