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En el ámbito de la gestión de proyectos, especialmente en marcos de trabajo como Scrum, es crucial distinguir entre problemas y riesgos. Mientras que los riesgos son eventos inciertos que, si ocurren, pueden tener un impacto en los objetivos del proyecto, los problemas son certezas que ya están sucediendo y afectan el desarrollo normal del proyecto.

La naturaleza inminente de los problemas significa que requieren atención inmediata. A diferencia de los riesgos, donde se evalúa y gestiona la probabilidad y el impacto, los problemas ya están teniendo un efecto tangible y, a menudo, adverso en el proyecto. Esto significa que los equipos deben tomar medidas rápidas y efectivas para resolverlos.

Es esencial identificar los problemas en una etapa temprana. Cuanto antes se reconozca y se comience a abordar un problema, es más probable que se limite su impacto negativo y se evite que se magnifique, afectando aún más el proyecto o incluso otros proyectos en el portafolio.

En el contexto de Scrum y siguiendo las prácticas del SBOK, es esencial tener herramientas y procesos en su lugar para monitorear y gestionar los problemas. Las reuniones diarias, las revisiones y las retrospectivas ofrecen oportunidades regulares para que los equipos identifiquen y discutan problemas.

Abordar problemas implica no solo solucionar el problema en sí, sino también identificar y resolver las causas subyacentes. Esta es una parte esencial para garantizar que los mismos problemas no vuelvan a surgir en el futuro. El análisis de causa raíz puede ser una herramienta eficaz en este contexto.

En resumen, mientras que los riesgos se centran en la anticipación y la preparación, los problemas requieren acción. Son realidades tangibles que están afectando el proyecto y, por lo tanto, exigen soluciones prácticas y a menudo inmediatas para garantizar que el proyecto se mantenga en el camino correcto.

Los problemas en un proyecto son identificados y gestionados por el equipo del proyecto, en particular por roles como el Scrum Master o el gestor de proyectos, dependiendo del marco de trabajo. Se identifican a través de mecanismos de monitoreo, comunicación entre el equipo y herramientas de gestión de proyectos. Estos problemas se abordan tan pronto como se identifican para minimizar su impacto. Se utiliza un conjunto de herramientas y técnicas, incluidas reuniones de seguimiento, sistemas de gestión de problemas y análisis de causa raíz para entender y solucionar el problema.

Algunos ejemplos son los siguientes:

  1. Durante una reunión diaria, un desarrollador menciona que una herramienta esencial ha dejado de funcionar, impidiendo que el equipo progrese. Este es un problema que necesita una solución inmediata.
  1. En una revisión de sprint, se identifica que un entregable no cumple con los requisitos del cliente. Esto es un problema que exige una corrección antes de continuar.
  1. Durante las pruebas, se descubre un defecto en el software que impide la funcionalidad principal. Este defecto se convierte en un problema que debe abordarse antes del lanzamiento.
  1. Los miembros del equipo informan de dificultades de comunicación con un departamento específico, lo que está ralentizando el trabajo. La falta de comunicación eficiente es identificada como un problema.
  1. A pesar de seguir las especificaciones, el resultado final no cumple con las expectativas del cliente. Este desajuste es un problema que debe ser discutido y rectificado.

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