Dentro del universo de la gestión de proyectos, especialmente cuando nos basamos en el marco del SBOK, las oportunidades juegan un papel esencial. A menudo, cuando se menciona el término “riesgo”, la mente tiende a dirigirse hacia el lado negativo, aquellos factores que podrían llevar al fracaso o retraso del proyecto. Sin embargo, no todos los riesgos son negativos; algunos pueden tener un impacto muy positivo, y a estos se les denomina “oportunidades”.
Las oportunidades pueden surgir de diversas fuentes y situaciones, ya sea una innovación tecnológica, un cambio en el mercado, una alianza estratégica, o cualquier otro factor que pueda beneficiar el proyecto y acelerar su éxito. En lugar de amenazar los objetivos del proyecto, estas oportunidades tienen el potencial de mejorar el rendimiento, acelerar la entrega o mejorar la calidad del resultado final.
Identificar oportunidades requiere una perspectiva optimista y una actitud proactiva por parte del equipo de gestión de proyectos. Mientras que la gestión de riesgos se centra en minimizar o eliminar amenazas, la gestión de oportunidades busca maximizar y aprovechar estas ventajas potenciales. Ambas disciplinas son caras de la misma moneda y son esenciales para un enfoque holístico y equilibrado de la gestión de proyectos.
Dada su naturaleza positiva, es crucial que los equipos estén preparados para actuar rápidamente cuando se identifica una oportunidad. Esto significa tener un proceso en su lugar para evaluar, priorizar y aprovechar estas oportunidades en el momento adecuado. Una oportunidad no aprovechada puede convertirse rápidamente en una oportunidad perdida.
En última instancia, las oportunidades son una prueba de la agilidad y capacidad de respuesta de un equipo. En un mundo empresarial en constante evolución, los equipos que pueden identificar y capitalizar las oportunidades no solo prosperan, sino que también lideran.
Las oportunidades son identificadas por el equipo de gestión de proyectos, que utiliza herramientas y técnicas de análisis para descubrir posibles ventajas en el contexto del proyecto. Estas oportunidades se identifican y analizan durante las etapas iniciales y a lo largo de la vida del proyecto, aprovechando las metodologías y herramientas del SBOK para su identificación y gestión.
Algunos ejemplos son los siguientes:
- Durante el desarrollo de un software de comercio electrónico, el equipo identifica una nueva tecnología que puede mejorar la velocidad de las transacciones, convirtiéndolo en una oportunidad para mejorar la experiencia del usuario.
- Mientras se construye un nuevo edificio, un proveedor ofrece un material innovador a un precio reducido, lo que puede aumentar la eficiencia energética del edificio.
- En el lanzamiento de un nuevo producto, un influencer popular muestra interés en promocionarlo, brindando una oportunidad de marketing inesperada.
- Durante un proyecto de consultoría, el equipo descubre una nueva legislación que puede beneficiar a su cliente en términos fiscales, transformándolo en una ventaja competitiva.
- Al trabajar en la organización de un evento, un patrocinador decide financiar una parte adicional, brindando la oportunidad de mejorar la calidad y alcance del evento.