La etapa de normalización, como está detallado en el SBOK, es un hito crucial en el ciclo de vida de un equipo. Esta fase representa el punto en el que los miembros del equipo han superado los desafíos iniciales y conflictos inherentes a las fases anteriores y comienzan a encontrar una armonía de trabajo conjunta.
Esta etapa es emblemática de una evolución hacia una mayor cohesión grupal. Ya no es un grupo de individuos con objetivos y métodos de trabajo distintos, sino un equipo unificado con un propósito y una visión compartidos. Las diferencias que una vez llevaron a desacuerdos y tensiones ahora son valoradas como fortalezas, contribuyendo a una gama más diversa de perspectivas y soluciones.
Durante la etapa de normalización, es común que los equipos establezcan procesos, prácticas y protocolos que guiarán su trabajo conjunto. Estas estructuras, aunque pueden parecer rígidas, en realidad proporcionan el marco necesario para que cada miembro del equipo se sienta seguro y comprendido en su rol.
Más allá de los procesos y protocolos, la confianza mutua entre los miembros del equipo es un sello distintivo de esta etapa. Esta confianza se construye sobre las experiencias compartidas y los desafíos superados durante las etapas anteriores. Se fomenta un ambiente donde los miembros se sienten libres para expresar ideas, compartir preocupaciones y buscar apoyo.
Es esencial comprender que la etapa de normalización no significa que el equipo ya no enfrentará desafíos. En cambio, es un testimonio del hecho de que el equipo ahora tiene las herramientas y la confianza para enfrentar cualquier obstáculo que se presente en su camino.
La etapa de normalización es atravesada por el equipo completo, al ser una etapa inherente a su evolución. Se lleva a cabo a través de la comunicación abierta, sesiones de retroalimentación, y la definición conjunta de roles y responsabilidades. Esta fase ocurre tras la etapa de enfrentamiento y antes de la etapa de rendimiento. Para facilitarla, se pueden emplear herramientas de gestión de proyectos, técnicas de resolución de conflictos y dinámicas de team building.
Algunos ejemplos son los siguientes:
- Un equipo de investigación que, tras superar desacuerdos sobre la dirección de su estudio, establece un protocolo unificado y comparte responsabilidades equitativamente.
- Una banda musical que después de diferencias creativas decide combinar sus influencias para crear un sonido único.
- Un equipo de redacción que determina un tono y estilo uniforme para sus publicaciones tras discutir y experimentar con varias opciones.
- Una escuadra deportiva que, después de varios partidos de adaptación, logra encontrar una formación y estrategia que maximiza sus fortalezas.
- Un equipo de ingenieros que, tras debates sobre las mejores prácticas, decide adoptar un conjunto específico de herramientas y metodologías para todos sus proyectos.