Los criterios mínimos de aceptación, a menudo pasados por alto en el mundo del desarrollo, desempeñan un papel vital en la eficacia de cualquier proyecto ágil. Estos criterios son establecidos por la unidad de negocio y se diseñan para asegurar que todas las historias de usuario, relacionadas con dicha unidad, cumplan con un estándar mínimo previamente acordado. La esencia de estos criterios es proporcionar una base sobre la cual se pueden construir historias más detalladas y específicas.
La unidad de negocio, siendo la encargada de definir los objetivos y metas comerciales, tiene la visión necesaria para establecer estos criterios. Cuando hablamos de “unidad de negocio”, nos referimos a una parte específica de la organización con responsabilidades, metas y objetivos claros. Los criterios mínimos que establecen son un reflejo de sus necesidades y expectativas. En el contexto ágil, estos criterios son cruciales para garantizar que el trabajo entregado esté alineado con los objetivos comerciales.
Una vez que estos criterios mínimos están establecidos, se incorporan como parte integral de los criterios de aceptación de las historias de usuario. Esta integración garantiza que no solo se cumplan los requisitos específicos de una historia, sino que también se alcancen los estándares mínimos previamente definidos por la unidad de negocio. Es como un filtro de calidad que asegura que cualquier funcionalidad propuesta cumpla con ciertos estándares antes de que incluso se considere para el desarrollo.
No obstante, es crucial entender que estos criterios mínimos no son rígidos. A medida que el negocio evoluciona, estos criterios pueden necesitar revisiones para seguir siendo relevantes. Las necesidades cambiantes del negocio, las condiciones del mercado o las retroalimentaciones del cliente pueden impulsar ajustes en estos criterios.
Para las unidades de negocio, es fundamental que estos criterios se cumplan, ya que definen las bases sobre las que construyen su visión. Si una funcionalidad no satisface estos criterios mínimos, es probable que no obtenga la aprobación del Product Owner, lo que podría significar rechazos, retrasos y, a menudo, costos adicionales.
La unidad de negocio es quien define los criterios mínimos de aceptación. Estos se establecen considerando las necesidades y objetivos de la unidad, y posteriormente se integran en los criterios de aceptación de cada historia de usuario. Estos criterios se establecen al inicio de un proyecto o ciclo y se utilizan herramientas de gestión de proyectos o listas de verificación para garantizar su cumplimiento en cada funcionalidad propuesta.
Algunos ejemplos son los siguientes:
- Para una unidad de negocio centrada en el comercio electrónico: “Todas las funciones de la plataforma deben ser compatibles con los principales navegadores”.
- En una unidad de negocio de atención al cliente: “Cada función propuesta debe integrarse con nuestro sistema CRM existente”.
- Para una unidad de negocios de salud: “Cualquier funcionalidad nueva debe cumplir con las normativas de salud y privacidad aplicables”.
- En una unidad de finanzas: “Toda funcionalidad propuesta debe tener capacidades de auditoría y seguimiento”.
- Para una unidad de negocios de educación: “Todas las nuevas características deben ser accesibles y cumplir con los estándares de accesibilidad web”.