El benchmarking es uno de los pilares fundamentales en la estrategia empresarial moderna. Se trata de una herramienta invaluable para las organizaciones que buscan no solo sobresalir en su industria, sino también adaptarse a las constantes evoluciones del mercado global. A través del benchmarking, las empresas no solo observan y aprenden, sino que también miden y adaptan sus operaciones basándose en lo que están haciendo las compañías más exitosas.
El objetivo principal del benchmarking es identificar las mejores prácticas del sector y, luego, adaptarlas e integrarlas dentro de la estructura de la organización. Esto se hace con el fin de mejorar los procesos existentes, fomentar la innovación y, finalmente, alcanzar o superar el nivel de desempeño de las empresas líderes. Es un proceso que se enfoca tanto en la comparación cuantitativa, a través de métricas y KPIs, como en la cualitativa, mediante el estudio de procesos y prácticas.
No obstante, el benchmarking no se limita únicamente a la comparación con empresas dentro de la misma industria. De hecho, hay valiosas lecciones y métodos innovadores que pueden ser aprendidos al observar organizaciones en sectores completamente distintos. Estas perspectivas externas a menudo proporcionan una visión fresca y pueden ser la clave para solucionar desafíos persistentes.
La guía del SBOK, siendo una piedra angular en la metodología Scrum, reconoce la importancia del benchmarking, especialmente en la gestión ágil de proyectos. En un mundo donde el cambio es la única constante, mantenerse actualizado con las mejores prácticas no es solo una opción, sino una necesidad. Además, al incorporar estas prácticas líderes en el ciclo ágil, los equipos pueden iterar y adaptarse de manera más eficiente y efectiva.
La adaptación y el aprendizaje continuo son esenciales para la longevidad y el éxito de cualquier organización. Y es aquí donde el benchmarking juega un papel crucial, sirviendo como un puente entre el presente de una empresa y el futuro al que aspira. Al fin y al cabo, en la carrera hacia la excelencia, no se trata solo de ser el mejor, sino de estar siempre dispuesto a aprender de los mejores.
El proceso de benchmarking, en el contexto ágil, es realizado por el equipo de liderazgo y las partes interesadas de la organización. Se lleva a cabo mediante la recopilación y análisis de datos, tanto internos como externos, utilizando herramientas específicas y técnicas de investigación. Esta actividad se realiza tanto al inicio de nuevos proyectos como de manera periódica durante la vida de la organización, con el fin de mantenerse actualizados. La guía SBOK proporciona directrices claras sobre cómo incorporar las mejores prácticas identificadas en la gestión de proyectos ágiles.
Introducción teórica de los cálculos numéricos o fórmulas con sus interpretaciones:
El benchmarking, aunque principalmente cualitativo, a menudo emplea métricas cuantitativas para comparar el desempeño entre empresas. Estas métricas pueden incluir, por ejemplo, el retorno de inversión, el tiempo de comercialización, la satisfacción del cliente, entre otros.
Imaginemos que una empresa de software quiere comparar su tiempo medio de respuesta a incidentes con el de sus competidores. Después de investigar, encuentra que:
– Empresa A tiene un tiempo medio de respuesta de 4 horas.
– Empresa B tiene un tiempo medio de respuesta de 2.5 horas.
– Su propia empresa tiene un tiempo medio de respuesta de 6 horas.
Para mejorar, la empresa podría analizar las prácticas de la Empresa B, identificar las técnicas o herramientas que están utilizando y considerar su implementación.
En este caso, el benchmarking ha revelado que hay un margen significativo para mejorar el tiempo de respuesta a incidentes. Al adoptar las mejores prácticas de la Empresa B, no solo se mejora la eficiencia, sino también la satisfacción del cliente, lo que puede llevar a un mejor posicionamiento en el mercado.