El apetito de riesgo es un concepto esencial en el mundo de la gestión de proyectos y, en general, en cualquier actividad empresarial. La naturaleza intrínseca de cualquier proyecto implica ciertos niveles de incertidumbre y posibles peligros. El SBOK, como guía de buenas prácticas en Scrum y gestión de proyectos ágiles, subraya la importancia de entender el apetito de riesgo antes de embarcarse en cualquier proyecto.
El término ‘apetito de riesgo’ se refiere específicamente a la cantidad de incertidumbre o riesgo que un interesado o una organización están dispuestos a asumir para alcanzar un objetivo determinado. No todas las organizaciones o individuos tienen el mismo nivel de tolerancia al riesgo. Algunos pueden estar dispuestos a correr grandes riesgos en busca de mayores recompensas, mientras que otros pueden preferir un enfoque más conservador.
Cada organización, según el SBOK, debe identificar y definir su propio apetito de riesgo. Esta definición será fundamental para determinar las decisiones estratégicas, la asignación de recursos y la planificación del proyecto. Sin un entendimiento claro del apetito de riesgo, una organización puede encontrarse tomando decisiones que no están alineadas con su naturaleza y objetivos a largo plazo.
Establecer un apetito de riesgo claro y bien definido también ayuda en la comunicación con los stakeholders o partes interesadas. Les permite entender la dirección y enfoque de la organización y establecer expectativas realistas. Además, al contar con un apetito de riesgo bien definido, se pueden desarrollar estrategias adecuadas de mitigación de riesgos, protegiendo a la organización de posibles impactos negativos.
El apetito de riesgo lo establece la alta dirección o los principales interesados de un proyecto u organización. Se determina mediante un análisis detallado de los objetivos de la organización, su cultura y la situación del mercado, entre otros factores. Se hace antes de embarcarse en proyectos o decisiones estratégicas, garantizando que las acciones emprendidas estén en consonancia con la tolerancia al riesgo de la organización. Para ello, se utilizan herramientas de análisis, discusiones estratégicas y, a menudo, consultas con expertos en riesgos.
Algunos ejemplos son los siguientes:
- Una startup tecnológica decide invertir una gran parte de sus recursos en un producto innovador, mostrando un alto apetito de riesgo en busca de una recompensa significativa.
- Un banco decide implementar políticas conservadoras de préstamo para minimizar las deudas incobrables, demostrando un apetito de riesgo bajo.
- Una empresa farmacéutica invierte en la investigación de un medicamento nuevo, pese a no tener la certeza de su aprobación, lo que indica un apetito de riesgo moderado.
- Una organización sin fines de lucro decide llevar a cabo un evento de recaudación de fondos en un formato nunca antes probado, reflejando su disposición a asumir ciertos riesgos para lograr sus objetivos.
- Una empresa de moda decide no seguir las tendencias actuales y crea una línea completamente única, revelando un apetito de riesgo elevado por diferenciarse en el mercado.