En el ámbito de la gestión de proyectos, el PMBOK 7 introduce conceptos esenciales que guían a los profesionales en su práctica diaria. Uno de estos conceptos es el “Trabajo pendiente ajustado al riesgo” o “Risk-Adjusted Backlog”. Esta definición no solo se refiere a un registro común de trabajo pendiente, sino que profundiza más al considerar tanto las amenazas como las oportunidades dentro del contexto del proyecto.
El “Trabajo pendiente ajustado al riesgo” es una evolución del típico backlog o registro de trabajo pendiente que encontramos en metodologías ágiles. A diferencia de un backlog tradicional, este considera los riesgos asociados a cada elemento, ajustando su prioridad y enfoque en función de las amenazas o oportunidades identificadas. Esto permite una gestión proactiva de los riesgos, integrando acciones preventivas o de mitigación directamente en el flujo de trabajo.
Esta adaptación del backlog es esencial en entornos donde la incertidumbre y el cambio son constantes. Al considerar y priorizar los riesgos desde el inicio, el equipo puede anticipar problemas y adaptarse a ellos antes de que surjan. Esto no solo reduce la probabilidad de problemas inesperados, sino que también potencia la identificación de oportunidades que pueden ser beneficiosas para el proyecto.
Más que un simple registro, el “Trabajo pendiente ajustado al riesgo” es una herramienta estratégica. Es un recurso dinámico que evoluciona con el tiempo, y su éxito se basa en la comunicación continua y la revisión. Es esencial que los riesgos identificados se revisen y se actualicen regularmente para garantizar que el backlog refleje con precisión la situación actual del proyecto.
Dada la naturaleza proactiva de este enfoque, el “Trabajo pendiente ajustado al riesgo” puede ser visto como un puente entre las metodologías ágiles y la gestión de riesgos. Incorpora la flexibilidad y adaptabilidad de las prácticas ágiles, con el riguroso análisis y prevención asociados a la gestión de riesgos. En resumen, es una herramienta poderosa para cualquier gestor de proyectos que busque mejorar la entrega y la adaptabilidad de su equipo.
El “Trabajo pendiente ajustado al riesgo” es generalmente desarrollado y mantenido por el gestor del proyecto, en colaboración con el equipo del proyecto y las partes interesadas. Se crea a partir de la identificación y análisis de riesgos, integrando estos hallazgos en el backlog existente del proyecto. Se actualiza de manera continua a lo largo de la vida del proyecto, especialmente durante las revisiones y las sesiones de retrospectiva, y se apoya en herramientas de gestión de riesgos y sistemas de seguimiento de proyectos para su elaboración y mantenimiento.
Algunos ejemplos son los siguientes:
- En un proyecto de desarrollo de software, una funcionalidad específica puede ser considerada de alto riesgo debido a su complejidad. En el “Trabajo pendiente ajustado al riesgo”, esta funcionalidad podría incluir acciones preventivas, como revisiones de código adicionales o pruebas más extensas.
- En la construcción de un edificio, si se identifica un riesgo relacionado con las condiciones climáticas, el backlog podría ajustarse para incluir la compra de equipos o materiales específicos para combatir esos efectos.
- Para un evento de marketing, si hay un riesgo de baja asistencia debido a un evento competidor, el backlog podría incluir estrategias promocionales adicionales o incentivos para atraer a los asistentes.
- En la producción de un nuevo producto, si existe un riesgo de retrasos en la cadena de suministro, el backlog ajustado al riesgo podría incluir la identificación y vetting de proveedores alternativos.
- Para un proyecto de investigación, si hay un riesgo de que los resultados no sean concluyentes, el backlog podría incluir planes para realizar estudios adicionales o métodos alternativos de recolección de datos.