La “Velocidad” o “Velocity” es un concepto ampliamente aceptado y utilizado en el mundo del desarrollo ágil. Este indicador tiene su origen en las metodologías ágiles y se ha convertido en una herramienta esencial para evaluar la productividad y eficiencia de un equipo. Básicamente, es una métrica que nos da una idea del trabajo que un equipo puede lograr en un sprint o en un intervalo de tiempo predefinido.
Esto no se trata simplemente de contar tareas completadas, sino de medir los entregables que han sido producidos, validados y finalmente aceptados por el cliente o los interesados del proyecto. Lo interesante de la velocidad es que nos proporciona un panorama de cuánto trabajo puede realizar un equipo en condiciones ideales. Esto, por supuesto, está sujeto a la calidad y aceptación de los entregables.
La velocidad, además, sirve como herramienta predictiva. Si un equipo ha mantenido una velocidad constante a lo largo de varios sprints, es razonable asumir que podrá mantener una tasa similar en el futuro, siempre y cuando las condiciones se mantengan constantes. Sin embargo, es importante entender que la velocidad no es una medida de la calidad del trabajo, sino simplemente una indicación de la cantidad de trabajo que se ha completado.
Es esencial que los equipos comprendan que el objetivo no es aumentar la velocidad a expensas de la calidad. La velocidad debe ser vista como una herramienta para la autoevaluación y no como una métrica de rendimiento. De hecho, si un equipo se siente presionado a aumentar su velocidad, esto podría llevar a recortar esquinas y producir entregables de baja calidad.
Por último, la velocidad puede variar entre los equipos. Lo que puede ser una velocidad alta para un equipo, puede ser baja para otro. Es fundamental que cada equipo establezca su propio ritmo y utilice la métrica como una herramienta para mejorar internamente y no como una comparativa con otros equipos.
El proceso de medición de la “Velocidad” lo realiza el Scrum Master junto con su equipo ágil durante la revisión del sprint. Se hace recopilando y sumando todos los puntos de historia o unidades de trabajo que han sido completados y aceptados durante un sprint. Esta métrica se registra al final de cada sprint para que el equipo pueda hacer referencia a ella en la planificación de sprints futuros. Por lo general, se utiliza un software de seguimiento de proyectos ágiles, como JIRA o Trello, para registrar y monitorizar la velocidad del equipo.
Supongamos que un equipo de desarrollo está trabajando en un proyecto para crear una nueva aplicación web. Durante el primer sprint, el equipo logra completar y obtener la aprobación de 5 características, sumando un total de 25 puntos de historia. En el segundo sprint, completan 6 características, pero solo suman 20 puntos de historia debido a la complejidad variante de las características. Al final del segundo sprint, se evalúa su velocidad tomando en cuenta los puntos de historia completados en ambos sprints. Si promediamos los dos sprints, obtenemos una velocidad de 22.5 puntos por sprint.