El término “Cadencia” en la gestión de proyectos, tal como se define en la séptima edición del Project Management Body of Knowledge (PMBOK 7), se refiere al ritmo de las actividades llevadas a cabo durante el ciclo de vida del proyecto. En otras palabras, se trata de la regularidad o el patrón de repetición con el que se ejecutan las tareas y los procesos en un proyecto.
La cadencia es esencial para el mantenimiento de una entrega predecible y coherente en la gestión de proyectos. Proporciona una estructura para la planificación, ejecución, seguimiento y control de las actividades del proyecto. Al establecer una cadencia regular, los equipos de proyecto pueden coordinar mejor sus esfuerzos y asegurarse de que todos los miembros del equipo estén alineados y sincronizados en sus tareas.
Además, la cadencia ayuda a facilitar la comunicación y colaboración dentro del equipo de proyecto. Por ejemplo, en los métodos ágiles de gestión de proyectos, se establece una cadencia para las reuniones diarias de scrum, las revisiones de sprint y las retrospectivas. Estas reuniones regulares y predecibles permiten al equipo discutir el progreso del proyecto, abordar problemas y tomar decisiones juntos.
Es importante tener en cuenta que la cadencia puede variar dependiendo de la naturaleza y las necesidades del proyecto. Por ejemplo, un proyecto que necesita responder rápidamente a los cambios puede requerir una cadencia más alta (es decir, actividades más frecuentes), mientras que un proyecto con menos cambios puede funcionar eficazmente con una cadencia más baja.
No obstante, la clave para establecer una cadencia efectiva es el equilibrio. Una cadencia demasiado alta puede llevar a la fatiga del equipo y a una comunicación menos efectiva, mientras que una cadencia demasiado baja puede llevar a la falta de alineación y a retrasos en la identificación y resolución de problemas.
En resumen, la cadencia es un componente crucial en la gestión de proyectos que, cuando se gestiona eficazmente, puede mejorar la alineación del equipo, facilitar la comunicación y la colaboración, y aumentar la previsibilidad y coherencia de la entrega del proyecto. Como tal, establecer y mantener la cadencia adecuada debe ser una consideración clave para cualquier líder de proyecto.
La cadencia de las actividades del proyecto es establecida por el gerente del proyecto, en colaboración con su equipo y los stakeholders. Esta se define considerando las necesidades del proyecto, la capacidad del equipo, las expectativas de los stakeholders y otros factores clave.
Este ritmo de trabajo se establece durante la fase de planificación del proyecto y puede ser ajustado a medida que el proyecto avanza. Para su definición y seguimiento, se utilizan diversas herramientas de gestión de proyectos, como calendarios y planificaciones.
Algunos ejemplos son los siguientes:
- En un proyecto de software que utiliza Scrum, la cadencia puede ser el ritmo de los sprints, que típicamente duran dos semanas.
- En un proyecto de construcción, la cadencia podría referirse a las revisiones semanales de progreso del proyecto.
- En un proyecto de consultoría, la cadencia podría ser el ritmo de las reuniones con el cliente, que podrían ser diarias, semanales o mensuales, según sea necesario.
- En un proyecto de investigación, la cadencia podría ser la frecuencia con la que se realizan y revisan los experimentos.
- En un proyecto de desarrollo de producto, la cadencia podría ser la frecuencia con la que se revisa y actualiza el roadmap del producto.